martes, 9 de septiembre de 2014

Fase G - Día 10

Hemos dormido “quietecitos”. El barco no se movió nada ¡qué extraño”  Lo primero poner gas.oil, primero limpiamos el aforador, cuyo extremo estaba sucio, es lo que hacía que el aire no saliera y el combustible saliera por la boca de llenado como una erupción volcánica.
Luego hablar con Mohamed para que me mande al mecánico y el electricista para reparar lo más urgente –quedamos para mañana. 
 
Cambiamos el barco al amarre definitivo. Nos duchamos, intento hablar con el jefe de la aduana y me dicen que no está, vendrá mañana y en un taxi los 6 a la frontera. Menos mal que vamos a pié, ya que hay una cola de coches enorme.
Cuando me toca a mi  el policía me dice que TENGO PROBLEMAS CON LA ADUANA Y QUE NO ME SELLA EL PASAPORTE. Tengo que ir a hablar con el jefe, previo paso por varios jefecillos, a todos les voy contando que los papeles de des-importación del coche los tengo dentro del mismo y que está en Ceuta, finalmente me pone una nota en el que pone GIB 0122, me doy cuenta que es la matrícula del barco, vuelta a empezar con la historia, pero desde otro punto de vista, por fín después de casi una hora consigo que me sellen el pasaporte, mis tripulantes se alegran de verme “libre”.

En un autobús nos vamos a Ceuta. Allí me despido de ellos para que vean las murallas y la ciudad, quedamos para dentro de un par de horas. Llamo a Manuel Ortiz, un ceutí que se ha puesto en contacto conmigo varias veces y se ha interesado por  nuestra travesía a través del blog. Resultó ser un tipo muy simpático y servicial. Con él voy a recoger mi coche, que arranca a la primera, le damos una pasada de agua a presión y queda como nuevo. Nos reunimos con la tripulación y empezamos una peregrinación por varios bares ceutíes probando delicias locales a cual más rica.

El día termina en una excursión en barco por la costa, incluyendo el canal entre las murallas que comunica el Atlántico con el Mediterráneo. Vamos a comprar, especialmente vino, cervezas y otros alcoholes, para hacer frente al “desierto” marroquí. Nos despedimos de Manuel , cruzamos la frontera –ahora sin problemas-.
En el barco descargamos y nos vamos a M’Diq para cenar: compramos para hacer mañana en el barco unas ALMEJAS y un sargo, para que nos lo preparen en el restaurante frente al mercado:  CIGALAS, GAMBAS Y UN CABRACHO DE 1’5 Kg, que con dos botellas de vino blanco de Rueda frío que aportamos también,  nos dejan a todos más que satisfechos.
Devuelta al barco, Marta y Albert nos preparan un “surtido variado” de mojitos y nos vamos a la cama para un “merecido” descanso ¡qué día tan trabajoso” mañana por fín SOLO TRABAJAREMOS EN EL BARCO.
 

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