martes, 27 de mayo de 2014

Fase A - Día 10



A las 7 de la mañana ya estamos en marcha, el día está gris, amenaza lluvia, una primera parada en la playa, luego hacia las ruinas de la ciudad romana BULLA REGIA

















Por el camino pasamos por zonas montañosas y boscosas, que nadie ubicaría en Túnez Cuando llegamos,  una guía llamada “Emilia” se nos ofrece para hacernos una visita guiada, fue un acierto pleno, encantadaroa, culta, simpática y hasta guapa.

     

Con sus explicaciones la de por sí interesante ciudad nos fue desvelando tanto sus secretos constructivos, como sus detalles de confor para sus habitantes como la bellezade sus mosaicos (algunos de los cuales están en el museo del Bardo, que esperamos poder visitar). En resumen una maravilla de visita, que afortunadamente a pesar de las amenazas la hicimos sin lluvia.

Particularmente nos llamaron la atención sus casas de doble piso (invierno-verano) por supuesto el mosacio de la CASA DE ANFITRITE, nos dejó imprsionados a todos –Mariá, me acordé de ti cuando la contemplaba y la guía vertió sobre su cara una generosa ración de agua que hizo que sus colores tomaran vida. La de la CAZA, de idea de la captura de fieras que enviaban a Roma para el circo y que con los cereales eran la base de su economía.






 

Por supuesto esa señora que nos acompaña, no es una nueva tripulante, sino una italiana que se unió a nosotros.

 
Piedra angular, que da origen a tres arcos
 
Detalle tubos ventilación

































Seguimos hacia CHEMTOU, montaña sagrada de la cual ya los númidas extraían el mármol amarillo, que luego los romanos apreciaron tanto que después del pórfido rojo imperial, era el mas caro. Un museo explica el proceso de extracción y transporte. Al bajar vemos restos del acueducto que suministraba agua a la ciudad.
 



Comemos nuestro pic nic a la orilla de un lago, las hamburguesas caseras nos supieron a gloria. Seguimos camino hacia DOUGGA. Allí mi amigo Mohamed (78 años, con fuerza, vigor y simpatía), nos acompaña en una visita, no por muchas veces realizada menos interesante, por algo es patrimonio de la humanidad.


















Termas, templos, teatros, mercados, calzadas, letrinas, casas (entre otras la de UBI TIBI FELICIA, que un padre regala a su hija con motivo de su matrimonio deseándole que TODA LA FELICIDAD PARA TI) o el LUPANAR, (donde habitaban las “lobas”) con sus dos entradas –una pública para los solteros y otra secreta, para casados y gente importante. Sus 16 habitaciones dan idea de su importancia, las visitamos sintiéndonos como aquellos clientes que disfrutaron de la mujeres mas bellas del imperio, de todas las razas. ¿Quién no ha tenido fantasías con una circasiana o una nubia?
Una rareza es el obelisco libio-púnico que construido 1.500 años antes que toda la ciudad da testimonio de que en ese lugar siempre fue habitado y de culto.






















Nuestro guía se interesa por saber que hacemos, como hemos venido, cuando se lo decimos está encantado con nuestra aventura y quiere saber detalles, pregunta cada vez mas y nos desea larga vida de esta manera, me emocionan sus comentarios que sin saber nada de este modo de viajar, ni del mar equipara a la LIBERTAD, Andrea lleva un niqui del RAW PRAWN, que le regalo a modo de tripulante en espíritu.










Emprendemos al vuelta pasando por HAMMAM BURGUIBA, que es una estación balnearia junto a la frontera argelina, pero los baños ya están cerrados. Volvemos al barco, llueve a mares BOB-HAMMED (se ha adaptado tanto a la conducción tunecina, que le llamamos así) nos conduce con mano segura y rápida al puerto, se ha portado como un campeón de la ruta. Allí prolongamos el alquiler de coche un día mas para volver mañana.
Preparamos una ensalada con el atún de ayer y dos solomillos de cerdo (traidos desde Melilla) que nos reponen fuerzas de un día tan cansado, pero tan interesante).


JOSU:

Día de viaje cultural. Con el coche salimos de Tabarka bien prontito para visitar las ruinas de Bulla Regia y Dougga.

Todo comienza hace unos 2000 años AdC, cuando estos parajes eran dominio de los Numidas. Mis referencias a esta gente son ya de hace mucho tiempo, cuando leyendo “Asterix y Cleopatra” aparece un personaje de este imperio.

Pero llegaron los fenicios (desde el oriente del Mediterráneo, lo que ahora es Siria y Líbano) a tocarles los cataplines. Estos fundaron una gran ciudad, Cartago, que después se independizó de la metrópoli. Es en este momento cuando aparecen los Cartagineses en la historia.

Los cartagineses se llevaban muy mal con los romanos y estaban todo el día a leches. En medio de los dos seguían los numidas, que apoyaban a unos o a otros dependiendo del mejor postor. Al final vencen los romanos y arrasan con todo. No dejan pié con bola; ni numidas ni cartaginenses. Pero a los romanos también les llegó su hora. Dividen su imperio en dos partes: occidente (Roma) y oriente (Bizancio). El imperio romano de occidente se desmorona y es el imperio Bizantino (la actual Estambúl) el que ahora toma protagonismo.

Pues bien, durante cientos y cientos de años, toda esta gente ha estado dándose leches algunas veces y comerciando pacíficamente otras, y mientras hacían sus casitas y templos en estos dos pueblos que hoy hemos visitado. Te quedas un poco pequeñito cuando miras hacia atrás tánto tiempo. Te sientes algo importante de poder ver estas maravillas. Te sientes parte de la historia.



Hay cosas curiosas, como las letrinas (cagaderos) públicos.

En este edificio hacían sus necesidades hasta 16 personas a la vez, bien repartidos, cada uno ocupando su respectivo agujero en la piedra.
 Debajo de esta circulaba constantemente una corriente de agua que se llevaba la mie... y frente a la letrina existía una canal con agua limpia para limpiarse el ojal.


 




En Dougga entre otras cosas tenían un puticlub a todo lujo. Con sala de espera, jardín central y 16 habitaciones íntimas. Los romanos le llamaban “lupanar” pero era un puti en toda regla. Incluso estaba señalizada su entrada.


















Ya de noche, cansados, volvemos para Tabarka. El conductor del coche sigue siendo Bob. Yo no puedo con mi alma y él sigue driving que driving. Sa ha adaptado tan bien a las carreteras tunecinas que ya le llamamos BobHamed.




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