viernes, 9 de mayo de 2014

Preliminares - Día 3

Salimos de casa pronto, buen sol. El camino se hace largo –como siempre- al principio conduzco yo mientras Bob redacta su crónica, Josu estará contento del modo en que hacemos nuestros deberes y Barry de poder leer en inglés el comienzo del viaje.
A partir de Jaén Bob conduce. Llegamos a Algeciras, justo a tiempo de coger el ferry de las cuatro. El Estrecho de Gibraltar está perfecto, casi no hay viento pero el suficiente para que un barco de vela, navegue por él con todas ellas desplegadas.  Compramos en el LIDL algo de comida y sobre todo bastante vino y cervezas, tanto para nosotros, como para tener cuando venga la primera tripulación. Vamos sobrados de tiempo (en Marruecos es una hora menos) eso nos permite poder dar un paseo por las murallas de Ceuta.














  
Por fin llega el momento de enfrentarnos a la TEMIDA FRONTERA. Pasamos la española sin ningún trámite, Bob me felicita efusivamente por el éxito, que se convierte en decepción cuando le digo que todavía no hemos hecho nada. Al entrar en Marruecos el habitual barullo, de gente y coches, ya hemos rellenado el papel, aparco el coche y sello los pasaportes bastante rápido –unos 15 minutos- ahora queda la aduana, eso cuesta algo más. Muevo el coche hasta que el aduanero mira por encima, la da el papel a su superior para que lo firme. Solo nos queda hacer cola otra vez para que un policía compruebe que nuestros pasaportes están sellados y por fín , estamos en el Reino Marruecos, regido por el Principe de los Creyentes Mohamed VI.
Llegados a la marina, el barco flota dulcemente, aparentemente todo está bien. Una vez dentro se confirma, está seco (Josu lo del deshumidificados un éxito) no tiene agua en la sentina, en definitiva: PERFECTO.
Descargamos todo el equipaje y material, lo mismo que las compras, lo ponemos de cualquier manera y nos tomamos la primera cerveza, aunque no está fría. Al salir me encuentro con Mohamed, que me confirma que mañana a primera hora, el barco sale del agua. Parece que todo va sobre ruedas. Veremos si se confirma.
Nos vamos a M’Diq para cambiar dinero y cenar. Compramos unas cigalas (Ay Josu, ¡qué recuerdos!, pensé en ti mientras me las comía, ya se que eso no te consuela, pero para que veas que me gusta compartir…
Una ensalada y un té, ¡se me olvidaba, una botella de agua también! Mas el vino que aportamos nosotros completa el menú. Compramos hielo y limones


 





De vuelta el primer gin-tonic en la bañera, es el momento de charlar de todas las impresiones, nos vamos a dormir con el graznido de las gaviotas como telón de fondo
Terminamos de meter todas las cosas en el barco, intentamos ir a la ducha, no tenemos la llave. Afortunadamente están abiertas, aunque como siempre sucias y una de ellas, llena de agua, que no puede salir por el desagüe, menos mal que en la otra hay agua caliente.




Bob:

Which story to relate today: the journey through Spain and crossing the Straight of Gibraltar; the incredible, but entertaining, chaos at the Moroccan border; but no, I think watching Marcel do his thing when we went for dinner in the local town is best.

We arrive at this outdoor restaurant and Marcel greets the owner as best friends, secures the best table, and then we cross the street 30 meters to the fish market. You would die to have this fish market back home.
Over 50 varieties of fish and shellfish, some so fresh they move when you touch them! Marcel is immediately greeted by several of the employees as a long lost brother. They provide us with the choicest prawns, and a beautiful large fish which we carry across the street and tell the restauranteur how we want it prepared.
We bring our own white wine hidden in a backpack under the table, camouflaged in a water glass. They serve dinner with salad, bread, water and Moroccan tea, all for 15€ each.

We get to the car and realize that we forgot the ice and lemons for G&Ts back on the boat. Marcel drives two blocks, gets out and runs into his "old" friend, a 15 year old street urchin, he has known for years. Three minutes later his friend returns running down the street with our supplies, and we enjoy the last of the day on deck, under the stars, with our G&Ts. Marcel worked his magic!


 
        
 

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