lunes, 26 de mayo de 2014

Fase A - Día 9

Nos quedan 75 millas a Tabarka es decir unas 15 horas, en total tardaremos 111horas, no son las 100 de la primera vez, que fueron de vuelta, pero no está nada mal. Poco viento, pero favorable.
La última noche es sin viento y con humedad, mar acceitoso. La verdad es que todos queremos pisar tierra firme, ducharnos y cambiarnos de ropa, no se muy bien como lo haremos y si tendremos agua, pero seguro que solucionamos todo.
Desayunamos todos juntos, pasamos por un banco donde numerosos pescadores se afanan en conseguir su sutento, una de las barcas se acercan nos piden una cerveza, les damos dos, no tienen pescado que darnos a cambio, han hecho la pesca del día.







Llegando a Tabarka el piloto automático empieza a dar fallos, sin saber muy bien el motivo, él solo se arregla, esperemos que no los repita.

Nos llaman por radio para preguntar procedencia, destino, número y nacionalidad de los tripulantes. Nos dan la bienvenida, a las 14 horas estamos en puerto.



Una vez terminados todos los trámites y llenado los depósitos (parece que solo hemos gastado 105 litros, pero la presión del gas oil es tanta que hace mucha espuma y rebosa) comemos el marmitaco que ha preparado Josu. Bob pone la mojama en el pozo de anclas, no sabemos de otro sitio que está a cubierto de la lluvia y… de  los gatos hambrientos que han captado su olor y ponen cerco al barco.
Conseguimos un coche de alquiler para mañana y damos un paso por el pueblo, pero llueve. Volvemos al barco, ponemos el generador y en la cocina de inducción, puesta en el exterior preparamos el resto de atunes a la plancha,cenamos opíparamente y aún nos queda parte para hacer una ensalada otro día. Un copa de whisky irlandés nos recuerda a Salvador de quien nos acordamos muchas veces.





JOSU:

Por fin. Hemos pisado tierra tunezina. Entramos a puerto sobre las 14 horas y llenamos los depósitos de gas-oil. Solamente hemos consumido 100 litros en toda la travesía. No tenemos moneda local y el chico de la gasolinera nos fía. Nos dice que paguemos más tarde. Nos ayudan a conectar la manguera de agua a su manguera y les regalamos un par de cervezas, que aceptan encantados.

Mientras Marce va al pueblo a cambiar dinero, nosotros vamos llenando los depósitos de agua pero con una pequeña trampa: ponemos la manguera al mínimo y mientras, nos vamos duchando en la ducha del baño de proa del barco. Cuando hemos terminado las duchas, llenamos los depósitos completamente. Así estamos duchaditos y con el H2O saliendo por las cartolas del barco.

Llega Marce junto con el jefe de policía de aduanas. Un hombrón de metrochenta, con bigote, muy amable y simpático. Viene para hacer el papeleo de entrada al país. Sorprende la amabilidad del policía tunecino así como el de la policía argelina días atrás. Cuánto tendrían que aprender algunos!!!

Mientras Marce arregla los papeles, preparamos el marmitako con el pequeño atún que hemos pescado hoy mismo, al inicio de mi guardia, sobre las 6 de la mañana. Ya llevamos tres.




Salimos a dar una vuelta por el pueblo y encontramos un café con wifi. Pedimos la conexión y una ronda de tés. No son tan dulces  como los de marruecos pero también están muy buenos. Comienzan a llegar whatsapps: 10, 20… Maite recibe hasta 70! Todo la tripu, alededor de una mesita comunicándose con sus amigos, familiares… con el mundo!!! (Qué bonito)
Enviamos los diarios atrasados a Jesulin para que los publique.
Se nos echa la noche encima y la visita al pueblo es nocturna y cortita.
























Para cenar, rogamos a Andrea que repita la tarta que preparó para celebrar el cumpleaños de Bob. Esta vez documentamos todo el proceso para colgar la receta en la página principal del Raw Prawn. Definitivamente, la tarta se ha quedado con el nombre de Tarta-Bob (Bob’s Cake). Deliciosa.
Antes nos merendamos el atún a la plancha con ajitos, al estilo Orio.



 

 


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