viernes, 23 de mayo de 2014

Fase A - Día 6

Hoy es el cumpleaños de Bob, a quien llamamos el Sr. Embajador, ya que logró conseguir un visado de Argelia en la embajada de Praga, por eso le hemos nombrado nuestro representante en ese país si nos viéramos forzados a entrar en algún puerto. Le hemos preparado las guardias de tal manera que le coincida con las 12 de hoy, en ese momento le cantaremos el HAPPY  BIRTHDAY TO YOU, sacaremos una tarta de circunstancias y una botella de cava, seguro que se acuerda de este cumpleaños.
Aquí se nos ve en plena celebración.








El viento se pone de través y nos permite quitar otra vez el motor, alcanzamos velocidades de casi 9 nudos. Bob ha tenido el regalo de cumpleaños que pidió.

Bob:
Today is my birthday. When on went on the midnight watch, the crew surprised me with a birthday party, including a cake, candles and champagne. My birthday wish to Allah was for strong winds and flat seas. And guess what? Allah granted my wish. I am becoming a true believer!


El viento se va a la proa y hay que poner el motor, pero hace buen sol, mar en calma, nos ponemos la ropa de primavera-verano. Andrea pone un pen con su música.

AVISO A NAVEGANTES: LOS QUE QUIERAN, PUEDEN TRAERSE SU MÚSICA EN UN PEN Y SE PUEDE OIR EN LA BAÑERA CON OTROS ALTAVOCES INDEPENDIENTES A TRAVÉS DEL ORDENADOR..

La costa es mas verde que al comienzo, pequeños pueblos salpican los  bosques y campos de cultivo, es una pena que este país sea tan cerrado y no podamos parar en algún puerto y hacer excursiones, tal vez algún día…

Desmontamos la cama de popa para ver si la reparación hecha el año pasado en la viga del piloto automatico está bien, revisar el nivel de agua de la batería de arranque y echar un vistazo a la mecha del timón y a los guardines.

Afortunadamente todo va bien, excepto los tornillos de la chumacera que se han aflojado, les damos a todos un apretón, de ese modo lo que era una visita de inspección, se convierte en otra de acción.





 


 









 Aparecen dos puntos en el horizonte, son dos patrulleras que vienen a identificarnos, nos hacen arriar las velas y se abarloan, dos policiás suben a bordo para mirar los pasaportes y papeles del barco, son muy agradables, nos preguntan si tenemos algún problema con el fin de ayudarnos, toman nota de pasaportes y nos desean buen viaje, lo malo es que al abarloarse a nosotros, nos han dejado marcas de su goma negra en el casco que tan brillante estaba.  Es la anécdota del día. Poner velas de nuevo, apagar el motor, poner múscia. Acto seguido procedemos a celebrar el Ángelus y comentarios. Como es el cumpleaños de Bob y hace calorcillo, ración doble de cerveza. Suavemente llega la hora de la comida, estamos leyendo, tomando el sol, oyendo música o simplemente con la mente n blanco tratando de aprehender cuanto sucede a nuestro alrededor, que en realidad es nada, nada de nada, salvo ese estado de placidez que deriva de estar a gusto con uno mismo y cuanto le rodea. Ni en el mejor de mis sueños hubiera imaginado una navegación así de placentera y rápida, todos estamos muy contentos y eso se nota en el ambiente, ahora ya somos una auténtica TRIPULACIÓN, unida, deseosa de hacer felices a los otros, adelantándose en cuantos trabajos haya que hacer. En defintiva, hay buen humor en el ambiente. I’m Shalá siga así hasta el final o incluso se incremente.

Josu se conecta a través de la telefonía argelina, justo para saber que ha aprobado todas las asignaturas de capitán de yate, menos…el inglés. Es un lujo disponer de tan cualificado navegante para preparar las patatas que acompañarán la comida a base de cordero marroquí elaborado por una vasca, esto va así: “un poco de todo”. También hemos visto que uno que se denomina Potro del Peloponeso, nos ha deseado lo mejor, se lo agradecemos y procuraremos cumplirlo a rajatabla.


Delfines vuelven a visitarnos y nosotros a mirarlos admirados. Para celebrar todo esto preparamos unos gin tonics, en ese momento Josu divisa unos calderones, ponemos proa a ellos, con el resultado de lograr tirar varios de ellos, ese sacrificio no basta para que los calderones nos sean favorables, antes bien se muestran esquivos y nos rehuyen, no podemos dar testimonio gráfico mas que de los delfines, esperemos que en otra ocasión lo sea de los calderones.
Cuando llega el momento de la segunda singladura, vemos que hemos hecho 150 millas, es decir que en 48 horas hemos reocrrido 290 millas, la mitad del recorrido. A partir de este  momento nos quedarían unas 50 horas. ¿Será verdad?




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