Hemos amanecido en el barco. Lo primero activar el SPOT para comprobar si llega bien la señal y se transmite a nuestra página.
Voy a contar como nos ha ido el viaje.
Terminamos
de meter todas las cosas en el barco, intentamos ir a la ducha, no tenemos la
llave. Afortunadamente están abiertas, aunque como siempre sucias y una de
ellas, llena de agua, que no puede salir por el desagüe, menos mal que en la
otra hay agua caliente.
A
primera hora muevo el barco al varadero, donde la grúa lo saca sin problemas.
El casco está bastante bien, no tiene casi adherencias. El ánodo de la hélice
está bastante desgastado.
Desayunamos,
mientras lo limpian con agua a presión y nos marchamos para la excursión del
día, esa que tanto sorprende a quien la hace, al ser los paisajes verdes y
montañosos, inesperados. El mercado de
OUED LAU, como siempre es sorprendente, las fotos no reflejan bien el ambiente,
los olores. Nos tomamos una ración de cordero a la parrilla, aunque a Bob, eso
de los riñones… no le hace mucha gracia, sin embargo las chuletas y una especie
de hamburguesa bien especiada, le entran estupendamente.
Comemos
en el refugio, afortunadamente Daniel se ha repuesto de su enfermedad, le
regalo una botella de vino y él hace lo mismo con nosotros.
Seguimos hacia CHEFCHAOUEN, tan pintoresca
como siempre, en sus tonos azules, blancos y ocres, terminamos tomando un té en
la terraza panorámica. La vuelta, también como siempre, se hace pesada, menos
mal que nos alternamos conduciendo, no paramos en ningún sitio, directos al
barco, donde tomamos unas cervezas comentando los avatares del día.
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