Antes de nada poner otra foto
de la cena en Ítaca que tomó Emilia.
Ayer después de mandar la
crónica, alquilamos un coche para hacer mañana una excursión, ya no estamos en
Grecia por dos días nos han cobrado 250 €; luego nos fuimos a dar un paseo por
la ciudad y… nos subimos a un tren turísitico y ejercimos de “guiris” en
plenitud. Sin embargo fue una buena idea, ya que tuvimos una impresión de la
ciudad. Está construida en su mayoría con piedra volcánica de color negro, sus
edificios son mayoritariamente barrocos.
He aquí a la tripulación y al
patrón con la parte femenina.
Para cenar preparé un
marmitako, que a todos nos pareció estupendo, claro que el mérito era del
bonito, ¡tan fresco!
Ahora nos iremos al ETNA y
luego a TAORMINA, también portoda la costa, para disfrutar de alguna playa. A
la vuelta escribiremos y pondremos las fotos.
¡Ya volvimos! ¡Qué día! Entre
el calor y la mala señalización… pero, ¡qué sitios tan espectaculares.
Empezamos por el volcán Etna,
ese que siempre amenaza Catania con sus erupciones, la gente ha terminado
acostumbrándose a él, a verlo con ese penacho de humo permanente sobre su cima.
Los colores de las sucesivas coladas, alternan con el del verde intenso de
pinos y castaños que crecen en su fértil tierra, aunque a veces termine
sepultando casas.
Los “tres mosqueteros” subimos a un cráter reciente (2001) desde donde hay una buena vista sobre otros más abajo. Nos hacemos una foto en común en ese mar de lava.
La siguiente escala fue
TAORMINA, esa elegante ciudad en la que hay que beber de la fuente del caballo
sii uno quiere volver. El teatro griego, estaba lleno de asientos e
instrumentos para algún concierto, la luz daba de lleno de frente y la bruma
impedía ver el volcán de telón de fondo, sin embargo siegue impresionando su
emplazamiento.
Después nos
fuimos a CASTELMOLA, pueblo encaramado a un risco desde el que Taormina, parece
minúsculo.
Emprendimos la
vuelta, pero como era domingo, mucha gente volvía de la playa, cuando llegamos
a ACIREALE, había combates de boxeo frente a la catedral, eso hizo que un
pueblo habitualmente apacible estuviera cuajado de gente, a pesar de todo
pudimos apreciar su “duomo” y los elegantes balcones sostenidos por caras.
Ya en el barco
vinieron a visitarnos Roberto y su mujer Rosaria, que serán tripulantes en la
fase F.
Nos acostamos
rendidos, por ser el último día lo hemos aprovechado a tope.
Mariá
Ya estamos en
Catania, esta primera etapa del viaje terminó, hasta dentro de quince días en
que retornaré al Raw Prawn para dejarlo en septiembre, como cada año en Smir,
invernado hasta el próximo año.
Finalmente a la
noche vino a visitarnos Roberto con su mujer y pude hacerle entrega de la
paella valenciana que llevo paseando por medio mediterráneo, y de las catanias
que le había traído para su madre.
Solo falta una
noche y mañana partiremos, hoy conoceremos a la nueva tripulación y saludaremos
a Eduardo el granaino al que tengo muchas ganas de dar un abrazo.
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