jueves, 31 de julio de 2014

Fase E - Día 4

El “marío de la carnicera” nos despierta, levamos las anclas que están algo liadas y partimos con la intención de remontar el estrecho hasta nuestro puerto de destino.
 
El viento es del oeste y bastante más débil que ayer, dando bordos avanzamos sorteando los cargueros que lo transitan.
 
El cielo está nublado como de chubasco, espero que sea benévolo con nosotros. Caen cuatro gotas y nos visitan unos delfines, que nos hacen poco caso.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Llegamos al puerto y nos abarloamos al muelle, comemos algo, nos duchamos y nos vamos a la ciudad para ver el museo donde se exhiben los BRONCES DE RIACE, que son dos guerreros de perfecta factura, pero nos sorprende la GUARDIA COSTIERA y nos obliga a permanecer uno en el barco, a pesar de las protestas, insisto y los demás se van, confío que puedan verlos.



  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Mientras estoy en el barco APARECE SAVERIO, me da dos botellas de vino y promete volver luego con un queso “pecorino” excepcional, ¡habrá que dejarse hacer! Al menos en eso, ya que me he negado a ir a cenar donde me dice.
 
      
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EDUARDO

Primer acercamiento al diario este año, que como presuponía esta travesía  está siendo lo mismo de interesante y de atractiva que siempre.
Estoy intentando ponerme al día con mis sensaciones, pero es imposible con el traqueteo que hay en el barco ahora mismo. Acabamos de llegar de ver el Museo con los gigantes de la foto, que por cierto, estaba  medio cerrado y cobraban la tarifa al 50%.
Después una compra en el super y devuelta al barco.

Espero que esta noche pueda descansar un poco, que llevamos unas noches de ajetreo. Entre las recepciones de tripulantes, las encantadoras  visitas que hemos  recibido y el dios ”Eolo”, me tiene destrozado, ajjajaj, ya va siendo uno más viejo, jajaj.

Bueno lo dejo por hoy, que me reclaman las tecnologías.



 

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