miércoles, 6 de agosto de 2014

Fase E - Día 10

Ayer por la tarde llegamos al puerto de Lípari, pasando por la acrópolis de la ciudad, donde se encuentra el castillo y la catedral. La cena resultó buena y abundante, tanto que tuvimos que pedir el “dogy bag” para comer en el barco las pizas que no pudimos terminar.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Amanece con el sol entre los palos de los veleros y  yo aprovecho para dar una vuelta por la ciudad desierta, todo lo más algún otro fotógrafo madrugador  y los trabajadores que inician sus negocios o el pescador que limpia el pescado recién capturado.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Luego unos se dedicaron a aprovisionar el barco y Clarisa a hacer comidas. Miguel, Alfonso y yo reparamos lo que está pendiente:
ü  Apretar tuerca de la mecha del timón
ü  Revisar niveles del motor
ü  Apretar tuercas de la chumacera
ü  Arreglar dingui
ü  Endulzar motor del dingui.
ü  Bomba de achique, tubería atascada
Por la tarde nos fuimos a los museos, uno sobre volcanes, otro prehistórico y el más interesante arqueológico, con una buena exposición de pecios y de cráteras griegas.
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La obsidiana junto con la piedra pómez constituyeron su riqueza en tiempos antiguos, venían a buscarlo de todos los lugares del Mediterráneo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Las puertas de la catedral reflejan el incendio de la ciudad por los turcos. Luego nos dimos un paseo por el puerto viejo. Donde nos sentamos a tomar una cerveza mientras la tarde languidecía suavemente. Clarisa preparó unas albóndigas con pasta cuya receta y fotos serán publicadas en el recetario.
 

 

 
 
MIGUEL
Pues sí, estamos ya en Lípari.
Después de los ajetreados días pasados en arriesgadas subidas -agotadora alguna como la del Strómboli – paseos sobre y entre las emanaciones volcánicas – como en Vulcano – e, incluso, casi suicidas inmersiones en malolientes y abrasantes lodos que dicen te curan casi todo, incluso hasta las ganas de volver a hacerlo, afrontamos lo que creíamos el descanso del guerrero….. si,si: limpieza del barco, coladas, avituallamiento, reparaciones….. vamos, que hasta recordaba con nostalgia ese descenso suicida del Strómboli, en un verdadero slalon donde la fila de esquiadores sobre la ceniza del volcán se movía en un acrobático zigzag al ritmo que imponía el guía cuadradote que nos precedía.
Tal era el ensimismamiento en nuestras tareas – especialmente el de la colada de la ropa, que no la de la colada volcánica – que en tal concentración obsesiva llegué a la conclusión de que Julio Verne se equivocó al situar la salida de sus personajes por Strómboli en su Viaje al Centro de la Tierra. Me explico, tengo una prueba fotográfica; analizad las fotos en las que, entre los vapores sulfurosos de Vulcano, aparece una figura. ¡Ahí está la clave! Es uno de ellos,,, y los demás seguro que aparecen pronto.
Atentos a las noticias de la prensa porque seguro que causará sensación en el mundillo Julioverniano….
 

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