Ayer terminó el día con una
barbacoa aromatizada con los vapores sulfúricos del Vulcano situado justo
detrás de nosotros.
Noche tranquila, amanece con
olores, me parece que ese será el recuerdo principal, el sentido del olfato es
el más primitivo y por tanto el que persiste en la memoria. Es una pena que no
se pueda plasmar de alguna manera, ya que forma parte de la idiosincrasia del
lugar.
Amanece iluminando el monte, mitad
con vegetación, mitad pelado por el azufre que se encuentra por todas partes.
Algunos peñascos refulgen y lucen
colores insólitos.
Empezamos la subida, que no es
comparable a la del Stromboli, según se va subiendo se abren panoramas
combinando colores: el azul del mar y del cielo, el verde de la vegetación y el
negro, rojo y amarillo del volcán. Una caldera en forma de cono invertido tiene
fumarolas que echan vapores sulfúricos, creando piedras de azufre.
A la bajada tomamos unas cervezas,
luego tres nos vamos al barco y los otros tres deciden irse a los baños de
fango, ya nos contarán que tal les ha ido.
Después de comer nos vamos al
puerto de Lípari que son unos pantalanes flotantes con bastante movimiento,
allí ponemos agua y conectamos electricidad. Baldeamos el barco, lavamos ropa y
nos duchamos nosotros. Una vez limpios y arreglados nos vamos a dar una vuelta
por el puerto y cenar en algún restaurante, ¡por una vez!
CLARISA:
Comienzo con una cita de Homero
“Una isla blanca con infranqueables muros de bronce y picos desnudos” Hoy en
día hay picos desnudos y otros edificados pero aún con todo la visita y sobre todo la subida al volcán merece la
pena.
No verás en su cima los fuegos y las explosiones de Stromboli pero el
cráter con sus fumarolas sulfúricas
aportan algo muy especial a la isla. La vista es magnífica y el trayecto aunque costoso pudo ser realizado por
todos nosotros. Otro sueño más realizado. Creo que los dioses están de
nuestra parte.
JOSÉ FRANCISCO
La excursión de hoy ha sido una
bonita lección de Química. Después de una subida que para el común de los
mortales es bastante sencilla, pero que a los ancianos nos ha cansado lo suyo,
llegamos a la majestuosa visión del interior del cráter. Hay fumarolas de todos
los tamaños, a las pequeñas puede uno acercarse y ver como surge el vapor por un
pequeño orificio, tiñendo de amarillo las rocas más próximas.
No puedo menos que rememorar mis
casi olvidados conocimientos de Química para buscar una explicación al
fenómeno. La fumarola contiene una importante proporción de ácido sulfídrico,
(SH2)(el gas que huele a huevos podridos); en contacto con el aire
se produce un proceso de oxidación, (parecido al que consigue que el hierro se
roñe):
SH2
+ ½ O2 = S + H2O
El azufre que se forma, como es
sólido, se deposita sobre las piedras circundantes en forma de una bonita
inflorescencia amarilla; el agua, en forma de vapor, asciende en el aire, con
aspecto de humo, hasta que desaparece disuelta en el aire.
Termino dejando en el aire un reto
para alguien que sepa más Química que yo. Junto al azufre, aparece también
depositado un sólido de un blanco purísimo, de aspecto cristalino, parecido a
la sal común. Lo he probado y tiene un sabor ácido y salado, nada desagradable
¿qué puede ser?
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