Ayer salimos a las 18 horas, mar en
calma viento cero. Cambiamos de escenario, llegaremos a Cerdeña, esa isla tan
visitada y que nunca cansa, espero que los que vean el sur por primera vez les
guste y a Eduardo que ya la conoce encuentre nuevos motivos para disfrutarla.
Una vez fuera de la zona de reserva
natural, ponemos las cañas a trabajar con la intención de pescar al menos un
atún ¿será posible? Luna llena, eso aumenta las posibilidades al ser posible
pescar incluso de noche. ¿QUÉ DIGO? Si ya
hemos pescado el primero a las 3 horas de salir, no es rojo, pero es hembra
y tiene huevas, mañana será un festín. Lo ha sacado Miguel que era bastante
escéptico respecto a las posibilidades.
Ahora a cenar un rico estofado que nos ha preparado Clarisa.
La noche pasa tranquila, por la
mañana empieza algo de viento y podemos quitar el motor, pero va subiendo cada
vez más y el mar se monta, de modo que se hace bastante incómodo. Se desmonta
la escalera y tenemos que hacer una chapuza de emergencia, tomamos dos rizos y
vamos bastante bien. Por la tarde se calma y ponemos la trinqueta, menos mal
que estamos teniendo una travesía con vientos favorables.
Para la cena nos preparamos las
huevas con salsa tártara y las ventrescas a la plancha, todos nos quedamos satisfechos
después del día frugal.
MIGUEL
Bueno, empezaré por final, es decir
la pesca de mi primer atún y tengo que decir que – aunque atribuido a mí y, por
tanto, siguiendo normas no escritas me comí parte de su corazón latente aún –
se tragó el solo el cebo, lo cobramos entre Marcelino y yo, y finalmente lo
enganchó él aunque me hiciera la foto a mí. Conclusión: se confirma una vez más
que casi todos los pescadores son unos mentirosos en lo que se refiere a sus
proezas.
En cuanto a la estancia en Ustica,
me remito a lo contado por Marcelino, ya que yo deserté. Me quedé de perro
guardián del Raw Prawn, leí, escuché música, estudié inglés, bucee fisgoneando
en los barcos vecinos y hasta ahuyenté al cobrador del frac que pretendía que
le entendiera en sus reclamaciones dinerarias por el uso de la boya. Me hice el
“guiri” , o sea el “longuis” y como él sabía aún menos inglés que yo…..
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