sábado, 14 de junio de 2014

Fase B - Día 10

Hoy empezamos por las tres ciudades VITTORIOSA, COSPICUA y SENGLEA, llamadas en su conjunto COTTONERA en memoria del gran maestre español Nicolás de Cotoner. Ocupan las tres penínsulas del GRAN PUERTO frente a la VALLETTA, desde las que hay buenas vistas sobre ella.

Casi no tienen turistas y allí se puede observar la apacible vida que llevan sus habitantes al modo tradicional. En muchas esquinas hay una virgen o un santo. Nos llama la atención una furgoneta de cantero con sierra para cortar los bloques de caliza, con ellos se construyen casi todas las casas.





Desde la famosa garita de guardia adornada con ojos y orejas (recordatorio al centinela que debía tener esos sentidos bien alerta) sus ventanas sirven para encuadrar hermosas vistas y hacernos una foto todos juntos.



  
Los muchísimos barcos deportivos amarrados en las numerosas marinas armonizan con el conjunto, aunque algunos de ellos por sus dimensiones y lujo, mejor quedarían en esas marinas tan lujosas hechas a propósito para lucirlos.





























Mejor quedan las estampas locales como esos barquitos que recuerdan a las góndolas venecianas o el motorista con su perro al que solo le falta el casco, las gafas las llevaba.







Comemos con los amigos de Josu, intentamos ver la catedral, pero está cerrada, nos despedimos de ellos, volvemos al barco, devolvemos el coche y salimos para dar una vuelta por LA VALLETA con la luz del atardecer. Llegamos justo a tiempo, aunque unas nubes bajas fastidian algo la luz dorada, no obstante tanto el barco como su tripulación están orgullosas de haber navegado por este puerto natural, que es el más grande del Mediterráneo, que además tiene tanta historia.





Esta es la última imagen que queda en nuestras retinas:



Al salir del puerto tenemos un viento por la aleta, aunque el mar está algo movido, pero vale la pena, ponemos rumbo al cabo TÉNARO, espero que podamos verlo al atardecer del martes día 17, nos quedan tres días de navegación, de momento el inicio es bueno, lo mismo que el pronóstico.

Vemos un pesquero, parece que viene arrastrando la red, le damos resguardo, aunque lleva los cables demasiado en superficie, cuando estamos cerca nos damos cuenta que lleva arrastrando una piscifactoría, suponemos que con atunes dentro, cambiamos el rumbo para no tragarnos las redes y los atunes ¡menudo susto!

En la primera guardia nos sorprende la cantidad de barcos muy iluminados que hay, nos sabemos que estarán haciendo, ya que parecen estar parados. La clave nos la proporcionan dos barcos abarloados, ya está claro uno es una “gasolinera” que proporciona combustible al otro. Se ve que Malta concede ventajas fiscales y que es un punto de suministro general.


JOSU

Antes de comer con David y Mikel damos una vuelta por las “tres ciudades” frente a la Valletta. Visitamos una de sus marinas. Cada velero que vemos mejora al anterior, en tamaño y lujo. Algunos tienen la conexión eléctrica conectada al pantalán: el enchufe es enorme, si lo comparamos con la cabeza de Maite. El “puente de mando” de uno de ellos parece la cabina del Challenger!!





Vemos la torre de vigilancia, donde el guardián debería estar con el ojo y oído atentos.



                




Reunida la tripulación y por unanimidad, cambiamos los planes del viaje y decidimos salir ese mismo día por la tarde-noche rumbo al cabo Ténaro, en el Peloponeso, para visitar dos de las islas del archipiélago del Eptaneso: Kithira y Antithikira.

Antes de enfilar al cabo del peloponeso, entramos en el gran puerto de Valletta iluminado por el sol a punto de ponerse.


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